Un nuevo centinela en la defensa planetaria: así funcionará Flyeye, el nuevo vigilante de asteroides de la ESA

El innovador telescopio europeo Flyeye comienza a escanear el cielo desde Italia. Su diseño inspirado en insectos y su misión automática marcarán un antes y un después en la defensa planetaria.

telescopio Flyeye ESA
Delegados visitan el nuevo telescopio Flyeye de la ESA para la búsqueda de asteroides en la fábrica de Matera, Italia, donde actualmente se está llevando a cabo la campaña de pruebas finales. Crédito: ESA

La Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de dar un paso trascendental en la vigilancia de amenazas espaciales con la activación oficial de su nuevo telescopio Flyeye, una herramienta revolucionaria diseñada para detectar asteroides y cometas que se aproximan a la Tierra. Con su primera captura del cielo nocturno —conocida en astronomía como “primera luz”—, el telescopio ha demostrado estar listo para comenzar su misión.

Flyeye no es un telescopio convencional. Su nombre y diseño están inspirados en el ojo compuesto de los insectos, lo que le permite observar una porción del cielo excepcionalmente amplia: más de 200 veces el tamaño de la luna llena en una sola exposición.

Esta capacidad lo convierte en una pieza clave dentro del sistema europeo de defensa planetaria.

Tecnología inspirada en la naturaleza

Diseñado por la ESA en colaboración con OHB Italia, Flyeye cuenta con un espejo primario de un metro de diámetro, que captura la luz de objetos lejanos. Esta luz se divide en 16 canales ópticos, cada uno con su propia cámara de alta sensibilidad. El resultado: una visión múltiple y simultánea de una extensa región del cielo, capaz de detectar incluso los cuerpos celestes más tenues.

“El diseño óptico único del telescopio Flyeye está optimizado para realizar grandes estudios del cielo, manteniendo una alta calidad de imagen en todo el campo de visión”, explicó Roberto Aceti, director general de OHB Italia.

Observación automática y sin descanso

Una de las características más innovadoras del Flyeye es su funcionamiento automático. El telescopio está diseñado para operar cada noche sin intervención humana directa, explorando el cielo en busca de nuevos objetos cercanos a la Tierra (NEOs, por sus siglas en inglés). Su misión principal: detectar con anticipación cualquier asteroide potencialmente peligroso.

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Observaciones de nuestra galaxia vecina, Andrómeda, realizadas con el telescopio Flyeye. Crédito: ESA

“Cuanto antes detectemos los asteroides, más tiempo tendremos para evaluarlos y, si es necesario, preparar una respuesta”, afirmó Richard Moissl, jefe de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA. “Los telescopios Flyeye serán un verdadero sistema de alerta temprana”.

Una red global de vigilancia espacial

El plan a futuro de la ESA es desplegar una red de hasta cuatro telescopios Flyeye, distribuidos en ambos hemisferios, para mejorar la cobertura del cielo nocturno y reducir la dependencia de las condiciones meteorológicas en cada ubicación. Así lo confirmó Ernesto Doelling, director del proyecto Flyeye: “Esta red aumentará significativamente la velocidad y la exhaustividad de los estudios automáticos del cielo”.

Las detecciones del Flyeye serán verificadas por el Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOCC) de la ESA, que enviará los datos al Minor Planet Center, el centro global encargado del seguimiento de asteroides. Posteriormente, los astrónomos realizarán observaciones de seguimiento para determinar el grado de amenaza.

De Matera a Sicilia: el próximo paso

El telescopio ya demostró su capacidad durante las pruebas realizadas en el Centro de Geodesia Espacial de la Agencia Espacial Italiana (ASI), en Matera. En breve, será trasladado al Monte Mufara, en Sicilia, donde comenzará sus operaciones científicas regulares y se sumará oficialmente al esfuerzo global por proteger nuestro planeta de impactos cósmicos.

El Flyeye se integrará además con otros sistemas de vigilancia como los telescopios ATLAS, financiados por la NASA, el Zwicky Transient Facility y el futuro telescopio Vera Rubin, para coordinar observaciones y evitar redundancias.

Con su capacidad tecnológica única y su misión automatizada, Flyeye no solo representa un hito en la ingeniería astronómica, sino también una nueva era en la defensa planetaria.